La degustación y el disfrute del vino se ha convertido con el paso del tiempo en algo cultural e incluso hedonista. Del porrón, la bota, la jarra o el vaso chato hemos pasado a botellas y copas de diseño además de un montón de instrumentos para conservar y servir mejor el vino.
El vino es un ser vivo que debe ser cuidado y mimado desde la cepa hasta que disfrutamos de su última gota.
Para una buena conservación hay que tener en cuenta que la luz, la temperatura, el olor e incluso las vibraciones interfieren en su estado. Lo ideal es una bodega con temperatura constante de 11º a 12º, algo que en casa podemos conseguir con una cava o armario bodega, los hay preparados con temperaturas diferentes para poder guardar vino tintos a 16º y blancos a 6º en el mismo armario. Además demos tener en cuenta que el corcho de las botellas con menos de un 50% de humedad empiezan a estropearse.
En vinos que llevan mucho tiempo en botella es recomendable que sean aireados o decantados con el fin de que se oxigenen, recuperar su aroma y refrescar el paladar. Para ello lo mejor es un decantador. En la actualidad existen aireadores u oxigenadores que se colocan en el cuello de la botella, como un tapón, o incluso sobre la misma copa. Con una especie de espiral entran partículas de oxigeno provocando a la vez burbujas.
Las copas en las que sirvamos el vino influyen en la percepción que tengamos del mismo. Lo ideal es una copa con una base más ancha que la boca, para concentrar los aromas. Puedes hacer la prueba en casa; sirve el mismo vino en un vaso normal, en una copa de agua, con la base y la boca igual de anchas, y por último una copa de vino, veras la diferencia.
Para abrir el vino también existen diferentes sacacorchos, los hay para todos los gustos. Nosotros te recomendamos el de camarero de toda la vida, el más sencillo, pero los puedes encontrar de dos púas, que entran por ambos lados del corcho, de palanca de aleación que no requieren ningún esfuerzo o eléctricos.
Si la botella se queda a medias y después de haber estado abierta un tiempo el vino se oxigena demasiado y hace que el caldo pierda propiedades para lo que están las llamados bombas de vacío, manual o eléctrica, que sacan el oxígeno y conservan el vino.
Si queremos volver a tapar la botella lo mejor es usar el corcho o tapones especiales.